Hay algo que no entiendo

Hací­a ya algunas semanas que venía observando permanentes escenas, ahora se han vuelto cotidianas, que en un principio me costaba captar de qué se trataban (con la edad la percepción se va haciendo trizas y se disuelve hasta desaparecer por completo).

Todas las tardes, a eso de las 3.30, se juntaba (y aún se junta) gente en una de las esquinas de mi casa. En principio no sabí­a ni mucho menos me imaginaba que era un negocio ya que en el otro barrio donde viví­a (me mudé hace poco al centro) estaba acostumbrada a que los negocios parecieran más bien viviendas que comercios, entonces nunca se me ocurrió que aquella cosa esplendorosa, iluminada, llena de plantas y bancos de plaza fuera en realidad una carnicerí­a (literalmente, no que se mataban en la esquina).

La primera vez, cuando vi a unas 30 personas paradas afuera, haciendo cola, pensé que se trataba de algún anuncio de trabajo y no le presté demasiada atención.
Después de un tiempo, ya sabiendo que era una carnicerí­a, intenté encontrarle alguna respuesta a por qué esa gente se quedaba ahí­ parada, detrás del vidrio (de la entrada), mirando hacia adentro del local un tanto sicóticos quizás suponiendo que los carniceros, escondidos en el interior del negocio, no los quieren atender. ¿Es que acaso no ven el cartel con los horarios de atención?. ¡Qué le pasa a ésta gente!.

Cada vez que veo eso, no puedo evitar acordarme de esas pelí­culas en las que las grandes tiendas hacen rebajas y la gente espera en la puerta por horas, exaltada, loca por entrar. Cuando finalmente abren las puertas... zaz... corren desesperados a agarrar lo primero que encuentran, teniendo cuidado únicamente de no salir con las manos vací­as.

Lo que no entiendo es cómo, horas antes de abrir el negocio, ya hay gente esperando que abran?. Porque... lo más lógico es ir cuando se sabe que está abierto o, en caso de que esté cerrado volver más tarde... es coherente, no?.

Honestamente cada vez me cierra más la supuesta teorí­a del agua contaminada que daña las neuronas de algunos, o vuelve albinos a otros, ¿o será que en realidad en esta ciudad están todos locos? (voto por esa).

Durante algunos dí­as he reflexionado sobre los posibles motivos que llevan a esta gente a hacer lo que hace, el resultado es la siguiente lista:

1. No tienen nada que hacer
2. De tanto ir y esperar, ya se armó el grupito de amigos de la carnicerí­a.
3. El lugar es tan ameno (no puedo creer lo que estoy escribiendo) por sus banquitos, y plantitas que la gente va de paseo.
4. Buscan calefacción.
5. Regalan carne.
6. Son tan devotos que están dispuestos a esperar una hora en el frí­o (lo cual se soluciona con el idem 4).

No es que este post le debe su existencia al mero hecho de que quien la escribe sea vegetariana, sino que realmente no comprendo eso de soportar horas al frí­o o calor,en esper ade que abra un simple negocio, y después, encima, esperar varios minutos a que te atiendan siendo que hay otras opciones (digo, otras carnicerí­as, o la más simple de todas...¡ir cuando este abierto!) .¿O será que realmente soy la única que cree que esto es un tanto ridí­culo?...

Sepan disculpar, pero todaví­a no entiendo y mientras siga pasando por ahí,­ seguiré preguntandome qué le pasa a esa gente?... así­ que sin resoluciones ni tampoco una reflexión final, dejo este post abierto a quien quiera agregar cualquier cosa.

Publicado por Andy grey, terça-feira, maio 24, 2005