Ni con una ni con diez

A veces hay momentos en los que uno no sabe cómo reaccionar, si prefiere ser tragado bajo tierra, hacerse el desentendido o hacerle frente a la situación y ver qué pasa.
Tal dilema se me presentó cierta noche, en cierto boliche y con cierto personaje, que según cuentan las malas lenguas últimamente le florecen ciertos flashes barderos en sus salidas nocturnas. Cosa que por cierto dudé (y dudo) en creer.

Teniendo este referente en mente mi indecisión fue aún más grande al ver que nuestro mayor icono (?) y referente de la creatividad, la poesí­a y por qué no?, responsable de tantos momentos de alegrí­a, adrenalina y emoción, se prestaba a ofrecer un espectáculo... cabrí­a descifrar de qué tipo.

Cuando el show de las bandas terminó, nuestro ícono decidió tomar las riendas y hacer lo que honestamente esperamos desde que lo vimos llegar al bar.
Que se subiera al escenario y nos deleitara con sus canciones, sobre todo teniendo en cuenta que hací­a muchsí­mo que no lo veí­a tocar.

Así­, con unas copas de más, agarró una guitarra, se plantó en el escenario, enchufó todo y listo. "Vamos hacer un homenaje", dijo causando la alegrí­a general de los pocos (¿afortunados?) que quedábamos.

Todo partió con Palo Pandolfo, pasando por Virus, quedando en la nada con The Smiths y hasta pasando por un tema de Peligrosos Gorriones que arrancó más de un lagrimón.
Lo cierto amigos y amigas es que cuando se es un genio, la genialidad no se diluye en un vaso de alcohol menos en 10. La potencia, la vibra y la creatividad estuvo presente la noche del miércoles 23 de Marzo en Ciudad Vieja cuando Francisco Bochatón decidió, en buena hora, regalarnos 15 minutos de alegrí­a y yo estuve ahí.

Publicado por Andy grey, sábado, março 26, 2005