¿Nunca pensaste que NO es casualidad que cada vez que llegas me veo invadida por un pésimo humor?.
¿Nunca pensaste que a pesar del rebuscado vocabulario que mal usas porque no sabes emplearlo correctamente en una oración, solo te hace quedar como un idiota?.
¿Nunca pensaste que por querer hacerte el canchero quedas como un pelotudo?.
¿Nunca pensaste que de nada sirve juntarse con "pendejos" si tenes alma de viejo?.
¿Nunca pensaste que los cometarios que haces por querer estar en "onda" solo te hacen quedar como un imbécil prejuicioso ("uh, mirá esa vieja idiota, no sirve para nada". "Ah, sí­ es un negrito de mierda!")...?.
¿Nunca pensaste que el hecho de que muevas la cabeza o el pie con una canción solo produce que el resto se cuestione si volver a escucharla alguna vez en su vida (no logro evitar sentir que estoy haciendo algo malo cada vez que escucho a Morrissey y eso jamás te lo perdonaré)?.
¿Nunca pensaste que algo no debe estar funcionando si, al creeerte vos tan inteligente y capaz a tus... ¿qué edad dijiste que tení­as?, se te tenga que explicar las cosas más de 10 veces?.
¿Nunca pensaste buscar el significado de sarcasmo?.
¿Nunca pensaste que se puede leer entre lí­neas?.
Ahora...
¿Qué te hace pensar que por haberme visto en escasas oportunidades (sin ninguna clase de diálogo) podes hablarme como si me conocieras de toda la vida, hacer comentarios de cosas que no tenes la mí­nima idea o conjeturar sobrevida privada?.
¿Qué te hace pensar que por el mero hecho de haberte inmiscuido en mi grupo de trabajo (al que por cierto nadie te invitó) sos mi "amiguito"??.
¿Qué te hace pensar que despues de este trabajo (que más te vale que lo aprobemos) voy a volver a dirigirte la palabra?.
Por último, ¿qué te hace pensar que me caes simpático (¡Sí­ nadie se da por enterado cuando contás un chiste!)?
No ves que sos un idiota, que no entendes indirectas, ironí­as, doble sentido, sarcasmo, mala onda, cortada de rostro (entre otras). ¿¡NO TE DAS CUENTA DE QUE ME CAES PÉSIMO, que no te soporto, que tenerte cerca me asquea...?!.
Haceme un favor, si me ves, mira para otro lado, no me dirijas la palabra y entiende de una vez "como sea que te llames", nunca, nunca más se te pase por la cabeza que somos amigos.
Y... aunque no lo merezcas, acepta un consejo... consigue una vida.
Eat my shorts asshole!

(¿te lo explico?).

Publicado por Andy grey, segunda-feira, junho 27, 2005



"El anonimato en el mundo de los hombres es mejor que la fama en los cielos, porque, ¿qué es el cielo?, ¿qué es la tierra?. Todo ilusión".
Jack Kerouac - On The Road

Publicado por Andy grey, domingo, junho 26, 2005

El club del desayuno

Apesar de que me dije que no iba a ver los MTV Movie Awards porque cada año la emisión tiene peores nominados e invitados y porque me saturan esos chistes taaan sin gracia, antes de apagar el televisor di una pasada por MTV para chusmear qué onda.

Para variar, Owen Wilson y Vince Vaugh estaban haciendo una especie de sketch de dos winners que les enseñan a los losers cómo ingresar a fiestas de celebridades sin ser invitados, el cual hubiese tenido su cuota de "chistoso" de no ser por los reiterativos y ya clásicos clichés identificables en los sketch, en los que de manera anticipada ya sabes qué van a decir, qué va a pasar y cómo terminan.

Luego vino la sorpresa, pero antes de contarla, a quienes no la vieron, y de recordarla, a quienes sí­ la vieron, paso a aclarar una cosa.
A pesar de las constantes advertencias para que deje este tema, porque seguirlo implica poner en evidencia mi edad, lamento comunicarles que no me importa!. Así­ que el que quiera sacar las cuentas, que lo haga (perdón, pero el descargo era necesario).

Decí­a. Cuando termina el sketck, aparece Jimmy Fallon, ahora actor / conductor, que tuvo mejores dí­as en Saturday Night Live, que presenta a Hillary Swank (Boys don´t cry - Million Dollar Baby), quien apela a la memoria y a la sensibilidad.
"Estamos aquí para homenajear a un cerebrito, un atleta, un caso perdido, una princesita y un criminal. Cinco jóvenes que deben cumplir penitencia un sábado por la mañana en la biblioteca del colegio.
¡Chan!. Se me prendió la lamparita. Estaban hablando de la pelí­cula de mi vida. The Breakfast Club de John Hughes.

Lo confirmé cuando vi en primera fila a Molly Ringwald (Claire), Anthony Michael Hall (Brian) y Ally Sheedy (Allison). De fondo, en una pantalla gigante comenzaba un video clip con algunas de las escenas de la pelí­cula mientras en el escenario Yellowcard (!) interpretaba el tema de Simple Minds, Dont´you (Forget about me!), que fue la parte BU! del homenaje.
La pelí­cula, que ya me la sé de memoria, es una de las más importantes de mi vida y aunque la vaya visto 20 veces (como mí­nimo), verla nuevamente implica rememorar días y tiempos que ya no están (como bien decía Darko en un comment), tiempos lejanos que a veces a uno le cuesta creer que forman parte de nuestra historia sino que más bien parecen un invento de tu imaginación.
... mejor apagué la tele.

"Estimado señor Vernon:
Nosotros aceptamos el hecho de sacrificar un sábado entero en detención por cualquiera sea el error que hayamos cometido, pero pensamos que usted está loco en hacernos escribir un ensayo diciéndole quiénes somos. Usted nos ve como usted nos quiere ver: en los términos más simples, en las definiciones más convenientes. Pero lo que nosotros encontramos es que cada uno de nosotros es un cerebrito, un atelta, un caso perdido, un princesa y un criminal. ¿Contesta eso a su pregunta?."

Publicado por Andy grey, quinta-feira, junho 23, 2005

Esa historia y esa música



Soy una acérrima seguidora de algunas series norteamericanas, es verdad. Pero además de eso tengo cierta debilidad por las tipo High School onda Beverly Hills 90210. Quizás porque muestran un estilo de vida absolutamente diferente y distante al mí­o, con cosas que jamas tendré, o tal vez porque, ultimamente, disfruto bastante escuchándolas (sí­).

En mi historial de series, que podrí­amos calificar de teen, han pasado Salvados por la campana, Beverly Hills 90210, The O.C. y más recientemente, Veronica Mars (de seguro me olvido algunas cuantas, pero esas han sido las más relevantes).

Algunos viejos clichés y recursos inagotables que se usaban en las series de los ´80 /´90 siguen siendo utilizados en las series actuales, como por ejemplo, el clásico amor entre la chica buena y el rebelde (Brenda / Dylan, Beverly Hills 90210; Marisa / Ryan, The O.C), pero un recurso que ha tomado suma importancia es la música. Por ahí­ uno se imagina que por tratarse de series teen, nos vamos a encontrar con Hillary Duff (que con seguridad agota el soundtrack de su serie en Disney) o Ashley Simpson, pero lo cierto es que sorprendentemente se pueden escuchar, y en algunas oportunidades hasta ver, bandas como Death Cab for Cutie o Interpol. Y es que la banda sonora, de cierta manera, designa que público termina consumiendo el producto. No es lo mismo ver una escena escuchando de fondo un tema de Britney Spears que una con tema de The Futureheads.

En el caso de The O.C., por ejemplo, incorporaron como parte de la trama un barcito en el que han tocado bandas como The Walkmen, Modest Mouse, The Thrills, The Killers mientras que acá hay que conformarse con La Mosca, los ganadores de Operación Triunfo o los Decadentes (sí­, decadente).
¿Y así­ quieren que vea ficciones nacionales?.

(Tags: Series TV Música Ost Bandas)

Publicado por Andy grey, terça-feira, junho 21, 2005

Feliz dí­a pae!


Gracias por todo lo que me has enseñado, por la paciencia que me tienes, por el amor que me das- aunque no lo merezca- y por siempre, siempre, estar conmigo.
Te quiero, te adoro!.

Publicado por Andy grey, domingo, junho 19, 2005

Trágame tierra... !



No sé si con los años me he vuelto demasiado intolerante, pero más que nunca en la facultad me cruzo con personas totalmente insoportables y que por consecuencia, se vuelven (al menos para mí­) demasiado desagradables. Locos/as (mal), desquiciados/as, enfermos/as, de esos/as que no soportas siquiera verlos/as porque te dan ganas de pegarles una piña o bien de vomitar de solo pensar en compartir un tiempo mí­nimo, pero eterno, con ellos/as.
Está bien. No se debe hablar mal de la gente, eso me lo enseñaron cuando era chica... o creo que me lo enseñaron. Pero cuando alguien te cae para el culo y debes bancartela por cuestiones de trabajo o estudio lo cierto es que lo único que solventa ese mal momento es después poder hablar pésimo de ellas.

Así­ que, estaba yo el otro día en la facultad esperando para entrar a cursar. Dos chicas, una que reconocí­ como de mi grupo de trabajo y otra que asumí­ como tal (soy pésima fisonomista, con suerte después de semanas recuerdo caras y nombres), me preguntan qué hicimos la clase anterior porque habí­an faltado.

Después de explicarles muuuuy por encima de qué habí­amos hablado, me dediqué a explayarme sobre otros puntos más interesantes de la clase, como por ejemplo, la chica a la que nadie soporta porque dice permanentes guasadas, incoherencias y hace relaciones estúpidas que nada tienen que ver con la clase.

Y bueno, apenas una me dieron pie empecé a tirar palos... qué si, que se come las "eses", que no sabe lo que dice, seguro que recursa la materia, no se la banca nadie, bla, bla, bla.
Las chicas escuchaban y reí­an, claro, yo muy graciosa con mis comentarios de Miércoles por la mañana.

Todo muy lindo, re divertido... hasta que entramos al aula.

Una de las chicas, que era de mi grupo, se sentó cerca. La otra, que asumí­ como nuestra, se acercó a la silla vací­a que estaba al lado mío. Supuse que se iba a sentar, claro, era de mi grupo, lo más lógico era que se sentara cerca. Pero no. Puso sus cosas sobre el banco y levantó la silla, desplazándose a otro lugar. Bueno, a lo mejor no ve bien desde acá y se va a sentar adelante mí­o.

Tampoco. La chica y la silla seguí­an camino... Hasta que encontraron su lugar, adelante, en ese bello y didáctico grupo, en el que la cabecilla es esa, la bruta de la que hablaba hací­a rato. ¡Noooo!. ¡Noooo!.

Si supieran lo que fue vivir ese momento... sin saber dónde mierda meterme!, buscando desesperadamente a la chica que sí­ era de mi grupo y que en ningún momento me hizo señas de "Callate pelotuda no ves que esa chica es amiga de la bruta!", NADA!. La querí­a matar, me querí­a matar!. Encima la miraba a la bruta, que encima de bruta es re grandota y no da miedo por su tamaño o contextura fí­sica sino por sus gestos, por la forma que habla... y comencé a imaginar la brutal escena a la salida.

Ella. En la puerta, esperándome para arrancarme de los pelos o putearme a lo lindo, que debe ser incluso peor a que te maten a palos.... pero... nada de eso pasó. O sea, pasó que ahora estoy escribiendo este que considero un interesante y aleccionador post, pero más allá de eso, salvo que la bruta (que la llamo así­ porque además de queda claro que la considero una bruta, no tengo la mí­nima idea de cómo se llama) se ponga a leer este blog (lo cual creo casi imposible). Parece que nadie se enteró de nada, porque la chica de su grupo ni se dio por enterada que la bruta de la que hablaba era una integrante de su grupo.

Conclusión / moraleja / consejos útiles
Como verán hablar mal de la gente no trae consigo severas consecuencias, aunque debes tener plena conciencia que puedes ser ví­ctima de momentos de terrible pánico y desconcierto (como los que viví­) al no saber qué mierda hacer.
En todo caso espero que, al contrario de quien escribe, estén provistos de un mejor sentido fisonómico o sino, como dicen por ahí­, utilicen esa hermosa vivencia y conviertanla en un potencial post.

Publicado por Andy grey, quinta-feira, junho 16, 2005



A cenicienta se le perdió el zapato...
parece que el recital estuvo bueno.

Publicado por Andy grey, segunda-feira, junho 06, 2005