Estaba en Chile por "trabajo" y me entero del show de pura casualidad. En algunos lugares las entradas ya estaban agotadas pero aún tenía la posibilidad de reservarla. El paso de los días fue eterno. En ese enterí­n pasaron millones de cosas de muy buenas a horribles - funeral de por medio-. El dí­a del recital, por problemas que no valen la pena mencionar, no puedo ingresar al teatro. Me quedo a la espera de alguno de los productores.
A esa altura ya no quedaba nadie afuera -al menos con entrada-. Llega van blanca y se detiene en el medio de la calle. Bajan unas 10 personas, Laetitia Sadier es la primera. Se quedan como si nada charlando en la vereda. Me miran, sonrí­en y saludan. No reacciono, hasta creo que no respondí­ el saludo.
La gente sin entrada (agotadas desde hacíaan varios días) ingresa al teatro a través de casas y negocios aledaños (pagando una buena suma claro).
Al fin entro. Toca Congelador (excelente). Encuentro a amigos dispersos adelante, al medio, atrás. Todos excitados y ansiosos. Estoy por contarles lo que pasó afuera pero se apagan las luces. Empiezan los gritos, los aplausos, Stereolab ya está en el escenario y yo ahí­ para verlos.