Rock nena!

Tipo 1, después de re pensarla varias veces durante el día entre si quedarme o ir a Capital a ver a Peyotes, caí en 55, 6 y 7 para ver por segundo sábado consecutivo a Mujercitas Terror
que venían por primera vez a La Plata, invitados por Él Mató a un Policía Motorizado.

El lugar, local de MST, era una gran casona en un segundo piso, totalmente vacía, con piso de madera y varias habitaciones. En la destinada al show apenas cinco personas y los Mujercitas (esta vez con baterista) probando sonido.

Saludos de por medio, comentarios para ponerse al día de lo sucedido en la semana y Nenetis que llega para comenzar con la cerveceada(?) (que de hecho había comenzado previamente en casa).

Cerveza en mano y de regreso al roompartyroom, el Nene ya destrozaba micrófono, oídos y amplificadores con la compañia de Dani (M.T.) con esa hermosa y bizarra cajita musical. Más cervezas y el lugar ya estaba copado.

Sin noción del tiempo, supongo que eran tipo 2, 2.30hs, Mujercitas Terror tomó posesión del rincón de la casa, donde una enorme muñeca de espuma colgaba desnuda de una escalera (“Bajate puta, puta!”, a los gritos del nene). En un segundo todo el lugar se vio invadido por bailes esquizofrénicos motivados por la particular voz de Marcelo, que además de desplegar energía con simples movimientos, emanaba junto a Daniela (bajo y voz) la sensualidad de cada tema, transportandote adonde sea y con quien sea. Lejos me sacaron las ganas del show anterior donde apenas tocaron 5 temas. Fue alrededor de hora o más de puro descontrol.
Sin duda mi super hit desayuno de campeones y el baile desquiciado gentileza de pájaros descuartizados.




(otra vez el Nene!)

Pequeño break para comentarios entre copas (“Tenemos que sacar un disco”, definitivamente, "hay que volver a La Plata que rockea mal!"(?), "están todos locos").
Vueltas por la casa(?), sociales, ver gente, buscar más cerveza y bla blas.

Comienza El Mató a un Policía Motorizado. No cabe un alfiler ahí adentro. Al primer punteo de guitarra la gente se disipa entre saltos, bailes, agitar cabezas y golpear los pies contra el piso.


Es imposible no dejarte llevar por la marea, y en esa imposibilidad ya sea de que la “masa” te llevaba a moverte y que el sonido te impedía mantenerte quieto, entre zamarreos ruteros (?) perdí un zapato (op!) –sensación nada linda- y al no dar con su paradero debí recurrir a la ayuda del gran Chango (bajo – voz de El Mató), quien al instante recuperó ese accesorio que le devolvió sentido a mi vida (!?) – chango, ídolo!-.








Cover de Flema incluido, agite, gente tirada en el piso. Nadie quería estar en otro lugar que no fuese ese, ningún otro rincón, aunque amontonados y empañados, pero presenciando ese que, en mi opinón, ha sido de los mejores recitales de lo que va del año (he dicho, me banco las criticas). Lo cual me hizo plantear si podía ser cierto tal comentario sobre si el El Mató es o no la banda del momento, porque después de un recital como estos da para preguntárselo y sobre todo, no asombrarse con la respuesta.

Fotos: Cronopio

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Publicado por Andy grey, terça-feira, outubro 11, 2005