Hablemos al pedo de la gente
Sabemos que no hay periodismo de espectáculos (*) en la televisión y que los periodistas que allí trabajan se dedican a publicitar la programación y/o producciones vinculadas al medio al que pertenecen y que nunca hay espacio para las críticas.El periodista, nos guste o no, es un formador de opinión y asume una responsabilidad como tal. El hecho de que alguien se diga periodista no lo legitima a andar por la vida opinando de todo y mucho menos sobre lo que no tiene idea. Yo, por ejemplo, no podría escribir un artículo sobre política internacional o economía porque si bien leo los diarios no tengo fundamentos para opinar públicamente de la situación económica y política del país, quizás como parte de esta sociedad pero no como periodista.
Entonces me molesta demasiado ver que tantos -demasiados- periodistas anden por la vida opinando de absolutamente todo. Hablar de la vedette que salió con X, del precio de la canasta básica o de derechos humanos parece lo mismo. Además de ser poco serio y parecer más una charla de café que otra cosa, se comunica con total vacío de contenido como si el mero hecho de ser periodistas los validara a hacerlo.
Años de Dugli
Una de las periodistas de las que hablo y que Clarín, TN y Canal 13 no se cansan de hacernos creer que es la señora especialista de espectáculos es Catalina Dugli.
Si no fuese porque molerla a palos implicaría romper el televisor, ya lo habría hecho y no una sino reiteradas veces. Es que está mujer pareciera inventar noticias al momento de salir al aire y con cero información previa.
Por más que, como decía anteriormente, gran parte de los temas que habla tienen estrecha relación con Canal 13 o películas taquilleras que no son de mi interés, cada vez que aparece en el noticiero quiero saber qué barbaridad va a decir.
Ayer por ejemplo, tanto al mediodía como a la noche apareció con la misma "noticia": la decadencia de Eddie Murphy. De él dijo que había sido encontrado con un travesti -diez años atrás-, que tal hecho lo había desprestigiado y, sentenció la señora, es "un actor en baja".
Murphy, que comenzó su carrera en plena adolescencia, fue contratado con apenas 19 años por Saturday Night Live y permaneció en el programa apenas una temporada ya que como tantos otros de sus compañeros quiso probar suerte en el cine. Así tuvo éxitos de taquilla como Un detective suelto en Hollywood y 48 horas.
Cansado del acoso de los fans que permanentemente lo molestaban y pretendían que al tratarse de un humorista debía ser simpático y lanzar su clásica risa a toda persona con la que se cruzara, cambió el estrellato -que no le dieron las siguientes películas ni mucho menos los discos que grabó- por la vida familiar. Así como Bill Murray resurgió de las cenizas gracias a Sofia Coppola, Eddie comenzó a dar señales de vida con producciones como Bowfinger y Shrek que lo pusieron nuevamente en circulación.

Pero es Dreamgirls la que parece cambiar el status de Murphy. En la película, basada en un musical de Broadway sobre un trío de cantantes de mediados de los ´60 al mejor estilo The Supremes, el actor interpreta al cantante James ´Thunder` Early, asumiendo un papel bastante diferente del que lo caracterizaba y sorprendiendo a la crítica con un rol dramático y que hasta el momento le ha otorgado tres nominaciones (Broadcast Film Critics, Golden Globes, Sag Awards) como mejor actor secundario.
Me cae bien Murphy, es simpático y directo y aunque es difícil que se lleve alguno de los premios y que se especule con una posible nominación a los Oscar, voy a cruzar los dedos para que gané y ver qué dice Dugli, que vaya uno a saber, talvez considera ser "actor secundario", un actor en baja.
(*) Con periodismo de espectáculos me refiero a la crítica de producciones culturales y no a los que se cuelgan el cartel de periodistas y se dedican a correr con chismes de peluquería.
Marcadores: Cine, Crítica, Medios
Publicado por Andy grey, sexta-feira, janeiro 05, 2007