Con su niebla, su anfetamina y sus perlas



A pesar de las polémicas y amenazas de jucios, Factory Girl fue estrenada el jueves pasado en las salas de cine de EE.UU. La película de George Hickenlooper relata los años dorados de Erin Sedgwick, "superstar" de Andy Warhol en los ´60 y su relación con el artista, pero es un supuesto affaire con Bob Dylan el que gatilló la polémica.


Belleza y autodestrucción

Quienes conocieron a Erin Sedgwick coinciden en que fue una persona que convirtió en arte su propia autodestrucción. Proveniente de una acaudalada familia protestante de Massachussets, desde pequeña manifestó su rebeldía contra las reglas de sus padres que, según Geoge Plimpton y Jean Stein -autores de "Edie"-, educaron a sus hijos bajo un ambiente carcelario y violento donde no podían salir de su rancho y eran hostigados permanentemente por su padre, un hombre "sádico y narcisista" que se oponía a sus personalidades. En más de una oportunidad Edie comentó que desde los 7 años debió lidiar con los acosos de su padre, que intentaba acostarse con ella.

Dos de sus siete hermanos se suicidaron tras ser encerrados en varias oportunidades en diversos centros psiquiátricos, transitados por Erin desde muy pequeña -sufría desordenes alimentarios- y hasta sus últimos días donde apenas podía caminar o hablar -estaba tan delgada que para drogarse debían tumbarla boca abajo para inyectarla en el culo-.

Erin deseaba convertirse en actriz, motivo por el cual abandonó la universidad, se mudó a New York y se relacionó con otros niños ricos y rebeldes. Cuenta Joel Schumacher en "Edie":
"Cuanto más raro fueras en lo que hacías o decías, mejor. Fíjese en Edie o en Tiger Morse, una chica de buena familia y que de pronto se transformó en una freak anfetamínica con el pelo de alambre, vestidos eléctricos y gafas verdes. Estos locos se revolcaban en la autodestrucción era casi como si quisieran castigar a sus padres y al mundo de normas rígidas que les habían hecho tanto daño en los años de su educación".
Fue Bob Dylan, con quien Erin creía mantener una relación formal, que le presentó a Andy Warhol. Se volvieron inseparables, vestían las mismas ropas, tenían el mismo corte de pelo, iban juntos a todos lados. Ella le abrió las puertas a la alta sociedad y él la convirtió en Superstar.

"La superstar era una forma primitiva de liberación femenina. Eran muy listas, guapas, aristocráticas e independientes. Edie, Nico, Viva y las demás. Eran las mujeres que queríamos adorar, las vírgenes marías. Al mismo tiempo, eran muy destructivas; se destruían a sí mismas y a otras personas". (Danny Fields)

Todo ese entusiasmo y sentimientos varios que los unían, parecieron desaparecer al año siguiente cuando Warhol cansado de la problemática y anfetamínica Edie decide reemplazarla por otra. Si bien la modelo siguió recibiendo propuestas en el mundillo uderground (Albert Grossman, manager de Bob Dylan, le había prometido una película junto a él) y hasta fue modelo de la revista Vogue, nunca volvió a gozar de la fama descomunal que vivió junto a Warhol. Sus adicciones la llevaron a la muerte a los 28 años.
"Warhol jodió la vida de muchísima gente, gente joven. Mis contactos con la droga se iniciaron en la Factory. Me gustó mi introducción a la droga. Yo era un buen blanco. Me convertí en una joven y saludable adicta". (Edie, en Ciao Manhattan)


Polémica y desacuerdos


Ya cuando Factory Girl se hallaba en plena etapa de producción comenzó el revuelo mediático y no precisamente por las controversias que le sucederían sino por los conflictos amorosos de su protagonista, Sienna Miller (Edie Sedgwick) y sus desafortunadas declaraciones a la prensa.

El primero en disparar contra la película, Hickenlooper y sus productores fue Lou Reed, quien había tenido acceso previo al guión.
"Son una manga de putas!". "Leí el guión ése. Es una de las cosas más asquerosas y nauseabundas que he leído -escritas por un anormal iletrado- en mucho tiempo. No hay límite en cuán bajo se puede caer para escribir algo por dinero. Son todos un hatajo de zorras". "No sería parte de ese proyecto como tampoco lo fui de 'I Shot Andy Warhol,' película en la que tratan de convertir a Valerie Solanas en una heroína. Son todos un manojo de putas", dijo al New York Daily News.

Pero eso no fue todo, porque una vez terminada la película el que se sumó al torbellino fue Bob Dylan, quien al ver algunas de las escenas de Factory Girl, se sintió bastante incómodo con la figura de Danny Quinn -interpretado por Hayden Christensen-, un apuesto joven que canta, toca la armónica y luce muy parecido al Dylan de Blonde on Blonde. ¿Coincidencia?. No, dicen sus abogados, "el retrato de Dylan es difamatorio y viola sus derechos", afirman en una carta dirigida a los productores de la película.

Dylan nunca es nombrado en Factory Girl y según sus productores el joven Quinn pudo bien haber sido Mick Jagger, Jim Morrison o cualquier otro habitué de la Factoría (?). Lo cierto es que la imagen que se da del compositor le ha causado grandes molestias. Y no es para menos. Es que el film además de vincularlo sentimentalmente con Sedgwick, con quien se dice mantenía una relación de dependencia, sugiere que él la habría traicionado al ocultarle su casamiento, motivo que la habría llevado al suicidio. Dicen también que esa mujer que "hace el amor como una mujer y se rompe como una niña" era Sedgwick. Nunca lo sabremos.

"I just can't fit
Yes, I believe it's time for us to quit
When we meet again
Introduced as friends
Please don't let on that you knew me when
I was hungry and it was your world.
Ah, you fake just like a woman, yes, you do
You make love just like a woman, yes, you do
Then you ache just like a woman
But you break just like a little girl".
(Just like a woman - Bob Dylan)

[Trailer] [Ciao! Manhattan]


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Publicado por Andy grey, quarta-feira, janeiro 03, 2007