De la nada estaba en el medio de la calle.
Era de noche.
Se me cruza una prima junto a su madre, ambas están a las corridas; todo se mueve a gran velocidad como en esos vídeo clips que no entiendo; como ahora.
Siento todo en cámara lenta, no puedo hablar y menos aún procesar tanta información.
Apenas consigo despedirme. Se me tapan los oídos, como cuando viajas en avión.
De pronto todo se vuelve negro, pierdo el sentido y ya no tengo poder sobre mi cuerpo.
No sé donde estoy.
No veo nada.
Tengo miedo.
Todo comienza a moverse violentamente y no sé si está temblando o si tengo convulsiones.
Todo sigue oscuro.
Una especie de cortina negra comienza a abrirse -de abajo hacia arriba- y aparecen imágenes que creo, son de mi vieja habitación. Claro que ahora todo se ve muy White Stripes.
Cada objeto vuela por los aires, como si no existiese la ley de gravedad.
Sigo sin saber si todo está temblando o sí soy yo.
Siento que despierto, pero mis ojos siguen cerrados, no los puedo abrir.
Hago un esfuerzo mezclado entre la desesperación y el miedo hasta que logro abrir los ojos. Estoy en mi habitación, todo parece normal, es ahí cuando descubro que todo está en su lugar, y que soy yo la de las convulsiones.
¿¡Qué carajo!? - me pregunto, sólo sé que tengo pánico de volver a dormirme.
Se me cruza una prima junto a su madre, ambas están a las corridas; todo se mueve a gran velocidad como en esos vídeo clips que no entiendo; como ahora.
Siento todo en cámara lenta, no puedo hablar y menos aún procesar tanta información.
Apenas consigo despedirme. Se me tapan los oídos, como cuando viajas en avión.
De pronto todo se vuelve negro, pierdo el sentido y ya no tengo poder sobre mi cuerpo.
No sé donde estoy.
No veo nada.
Tengo miedo.
Todo comienza a moverse violentamente y no sé si está temblando o si tengo convulsiones.
Todo sigue oscuro.
Una especie de cortina negra comienza a abrirse -de abajo hacia arriba- y aparecen imágenes que creo, son de mi vieja habitación. Claro que ahora todo se ve muy White Stripes.
Cada objeto vuela por los aires, como si no existiese la ley de gravedad.
Sigo sin saber si todo está temblando o sí soy yo.
Siento que despierto, pero mis ojos siguen cerrados, no los puedo abrir.
Hago un esfuerzo mezclado entre la desesperación y el miedo hasta que logro abrir los ojos. Estoy en mi habitación, todo parece normal, es ahí cuando descubro que todo está en su lugar, y que soy yo la de las convulsiones.
¿¡Qué carajo!? - me pregunto, sólo sé que tengo pánico de volver a dormirme.
Publicado por Andy grey,
quinta-feira, novembro 03, 2005