Los finales nunca fueron buenos


Si hay algo que marca a una novela, ese es el final. O sea, la historia pudo haber estado genial, pero lo que va a quedar en el recuerdo va ser el desenlace. Y lamentablemente son pocos los finales con los que he quedado conforme. Porque pasa todo lo que está estipulado, lo correcto, lo que todo el mundo quiere. Dicho en otras palabras, no hay nada nuevo, no hay sorpresa.

Ya saben los lectores de este blog que me enganché con El Tiempo No Para que está transitando sus ultimas semanas. A su vez también estaba mirando otras tres novelas, dos de ellas brasileras -Cobras e Lagartos y Páginas da Vida- y una chilena -Cómplices-. Cuestión que las dos primeras las dejé de mirar hace poco más de un mes porque el servidor de cable retiró el canal Globo y la otra, Cómplices, terminó con uno de los finales más ridículos que cualquier persona que ha pasado una vida mirando novelas ha visto. Me sentí indignada, y eso que no la miraba con frecuencia.

En El Tiempo No Para se están viviendo esos capítulos donde reinan los flashbacks, que en todo caso sirven para todo aquel que se perdió parte de la historia, donde ya le vas jugando fichas de que éste se queda con ésta, que pasa esto o lo otro, en que uno le discute a la tele, le habla a los personajes como si éstos pudieran escuchar ("ni se te ocurra quedarte con ese", "eso te pasa por boluda", "estos se van a encamar en cualquier minuto"...). Algo así como cuando era chica y mis padres me llevaban al teatro, y nos hacían creer que no sabían lo que iba a pasar y una como boluda andaba gritando "cuidado con el lobo!" pensando que con eso podía cambiar el final de la historia.

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Publicado por Andy grey, sexta-feira, novembro 03, 2006